REVISTA AMEREIAF

71 El gran reto ¿Quién paga por? La educación de calidad y las innovaciones en ella requieren recursos financieros, recursos financieros y más recursos financieros, ¡pero bien empleados! Pongo un ejemplo que está relacionado con la pandemia. Una de las estrategias para mitigar los estragos de la pandemia, entre otras, fue la reconversión de hospitales. El Gobierno Federal tuvo que invertir una cantidad importante de recursos para que el número de pacientes con la COVID-19, que necesitaban ventilación mecánica, no rebasaran la capacidad instalada. Además, invirtió recursos en la capacitación y contratación de personal del área de la salud enfocado a atender la emergencia sanitaria. Sin la previsión del problema, como fue realmente, para la reconversión y adaptación de los hospitales se debió operar con una ingeniería financiera muy eficiente y flexible, puesto que no estuvieron contemplados estos costos en la proyección presupuestal hecha en 2019. Algo similar debió ocurrir en las universidades para adaptar e impulsar la educación en línea. En los hogares, seguramente, también se tuvo que ajustar el gasto para priorizar la compra de equipos de cómputo, la renta por acceso a internet y el pago de energía eléctrica adicional. Eso se puede aplicar a este gran reto de la universidad pública, pero no solo a nivel de universidad como tal, el reto es para toda la sociedad y niveles de gobierno también. Los tutores académicos de los niños en casa deben disponer de tiempo y deseos de participar en la capacitación, así como, contar con los servicios necesarios para realizarlo. En la universidad pública, aún en las que cuentan con escuelas de educación media superior, en las que la edad de los estudiantes fluctúa entre 15 y 18 años, la carga para el tutor pudiera ser mucho menor. Pero también el estudiante debe tener la capacidad de adaptarse a la nueva realidad y contar con las condiciones mínimas necesarias para desarrollar sus actividades. El problema de la educación en la era de la pandemia y, muy pronto, postpandemia es más acentuado en algunos estudiantes y sus familias, pero es necesario la participación de todos los actores sociales, si bien no para su completa solución sí para su atenuación.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI3MTk0NQ==