REVISTA AMEREIAF

28 29 de cada institución. Lo que en algunos contextos puede ser innovador, en otros puede resultar cosa del pasado; o, por el contrario, lo que una institución puede considerar una innovación sencilla, para otra puede representar una labor casi inalcanzable. Partir de la realidad, necesidades, propuestas y voces de los distintos actores involucrados en cada contexto, puede mejorar las posibilidades de éxito al implementar algún proyecto de innovación. Aunque las condiciones de cada región sean diversas, existen tendencias globales que pueden orientar los objetivos de la innovación. Por ejemplo, el desarrollo de habilidades el siglo XXI (Pellegrino y Hilton, 2012) ha sido por casi una década uno de los referentes más importantes para la evolución de objetivos educativos, que han permitido la transición de objetivos enfocados en la memorización de contenidos hacia objetivos basados en competencias que faciliten el aprendizaje continuo y la colaboración, entre otras, en los estudiantes. Otra tendencia que puede orientar los esfuerzos institucionales es el enfoque de Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (ALTV), o Lifelong Learning (LLL). Este enfoque no es nuevo. Desde la década de los 50’s, en la época de la posguerra, la UNESCO ha trabajado para promover que las personas tengan oportunidades para aprender de manera formal o no formal desde el nacimiento hasta la muerte, es decir, que el aprendizaje abarque más allá de los distintos niveles de educación escolar formal, y que responda las necesidades de cada etapa de la vida de las personas. En ocasiones, esta función educadora no formal recae en centros comunitarios, bibliotecas e incluso agrupaciones ciudadanas autogestivas. En un mundo que cambia de manera acelerada, especialmente a partir de los impactos de la pandemia, adoptar un enfoque de ALTV que acompañe los objetivos institucionales resulta no solo valioso, sino urgente, para responder a las consecuencias de las modificaciones en las dinámicas sociales y económicas globales. Las Instituciones de Educación Superior (IES) son un espacio importante para promover e impulsar el ALTV. Muchas ya cuentan con una oferta importante de este tipo, en forma de cursos de educación continua, por ejemplo. Esta oferta puede fortalecerse mediante el planteamiento de objetivos que busquen alcanzar a una población más amplia, especialmente a aquella que requiere de formación para la recualificación para el empleo, o para sobrellevar las consecuencias emocionales que la pandemia ha dejado a su paso. Las tendencias presentadas pueden ser el punto de partida para las instituciones que buscan innovar replanteando los objetivos que pretenden lograr, no solo para su población estudiantil, sino también para la sociedad en general. AnteladiversidaddecontextosenlasIESde México, al momento de hablar de innovar, más que calificar las innovaciones como grandes, disruptivas o insignificantes, conviene abordarlas en función de su pertinencia, viabilidad y efectividad según cada contexto específico. Para que las iniciativas de innovación tengan mayor probabilidad de éxito, la escala y forma en que cada institución decida innovar han de ser tan únicas como sus condiciones. Innovar en los medios Una vez definidos los objetivos a alcanzar, es necesario encontrar las rutas y medios para conseguirlos; esto representa otra área de innovación para las IES. La pandemia ha puesto en evidencia la urgencia de innovar en los medios de instrucción y la capacidad de cambio de los sistemas educativos. Los estudiantes y docentes de las IES han mostrado capacidades importantes de aprendizaje y resiliencia para adaptarse a las condiciones resultantes de la contingencia sanitaria por Covid-19. Este impulso de innovación es una oportunidad que ha de aprovecharse. Uno de los aspectos que más cambió en las IES fue el tecnopedagógico, es decir, todo lo relacionado con la intersección entre lo pedagógico y lo tecnológico. Dadas las condiciones globales y los aprendizajes adquiridos por toda la comunidad universitaria durante la pandemia, es de esperarse que la adopción de herramientas tecnológicas e n act i v idades instruccionales permanezca de manera definitiva. Esta es una buena noticia para quienes desean emprender proyectos innovadores, por todas las posibilidades que esto representa. Ante este escenario, es posible continuar innovando en áreas como las modalidades de instrucción

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