REVISTA AMEREIAF
36 37 Esta fracción se refiere a la autonomía pero el trasfondo era poner por delante la viabilidad de una institución frente a las presiones de los organismos gremiales y de las propias burocracias de las universidades. El objetivo de este artículo es exponer la situación actual y un escenario de futuro para la universidad que se toma como caso. Las universidades enfilaron su rumbo por la carrera académica, esta via hizo posible diversificar la enseñanza y promover una oferta educativa con el soporte en una infraestructura académica alterna a salones de clases y profesores por asignatura. El reordenamiento tuvo como fin corregir la expectativa de movilidad de la educación superior la cual se había concentrado (incluso hasta en la actualidad) en dos campos: a) administración y derecho (aquí se concentra al 35% de los egresados de las universidades), b) ingeniería y construcción (aquí se ubica el 21% de los egresados) (OCDE 2019). El reordenamiento académico se vio reflejado en una disminusión de la tasa bruta de cobertura, lo cual se puede explicar porque el acceso a las carreras saturadas, para regular el ingresomediante examenes generales, cambió la política de puertas abiertas con la cual operaban la mayoría de las universides. En el 2006 la cobertura de educación superior era de 25%, una cifra muy baja, si se toma en cuenta que el país, al ser miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) su cobertura debiese ser de 50% (en 2019 la tasa bruta de cobertura de México es de 41.7%). 2. El cambio de rumbo de la atención de la cobertura A partir de 2012 el incremento de la cobertura se convirtió en el centro de las acciones emprendidas por parte del gobierno federal, para lo cual los recursos destinados por fondos de concurso se enfilaron a aumentar este indicador a todo costa. Todas las instituciones de educación superior respondieron al llamado a fin de aumentar la cobertura, aunque no todas lo hicieron de la misma manera. Algunas instituciones mantuvieron su planeación interna, misma que se había confeccionado con el programa de contratación de profesores de tiempo completo desde mediados de los noventa del siglo XX (hoy se llama PRODEP). Otras instituciones, separaron sus planeaciones internas y ampliaron sus capacidades reales de atención a la demanda, aumentandoel tamañode sus instituciones o creando sedes universitarias, éstas últimas no necesariamente justificadas por distancia territorial o planes concretos de descentralización. Lo que resulta ilustrativo, en el caso de la UAEM, es que se optó por las dos vias, pero de manera desarticulada, esto es, sin tener el contrapeso de un proyecto de desarrollo interno, capaz de filtrar la disyuntiva de aumentar la cobertura sin demérito de su capacidad de atención. ¿Qué detona este viraje de un crecimiento regulado a un crecimiento desregulado? Lo primero que debe tomarse en cuenta es que el problema de fondo de la institución no son sus indicadores de calidad, incluso ni siquiera la apremiente coyuntura de su presupuesto. El problema es que la universidad no ha tenido, a lo largo de su historia, una reforma académica propiamente dicha. Por otra parte, en lo externo, el gobierno estatal en turno, no ha tenido un proyecto que tome como palanca de desarrollo a la universidad. Por razones de espacio me voy a referir solamente a lo interno, a la reforma académica. Reforma aquí no quiere decir cambiar la ley orgánica, lo cual se hizo. Crear catedrales (institutos) para la investigación y capillas (escuelas y sedes) para aumentar la cobertura, lo cual se hizo también. Hacer una reingeniería para las instancias que atienden la cobertura de tal manera que cumplan los indicadores de calidad alineados a los criterios de los organismos de calidad, lo cual se hizo. Instaurar un nuevo ideario de la visión y la misión de la universidad (un modelo universitario) que sensibilice el trazado del plan institucional de desarrollo (PIDE), que se hizo también. Lo que no se ha realizado es una reforma para transformar la cultura organizacional de la universidad, esto es, un cambio de modelo académico. Modelo académico es un concepto de implementación de política pública mientras “modelo universitario” es un ideario de la visión, la misión y los valores de la institución. Son dos caras de una misma moneda pero una sin la otra es como decir que el problema de la universidad se debe a la falta presupuesto.
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